Una escapada a Viena: imagen principal

No recuerdo si os lo he contado en el blog alguna vez pero estamos a hora y pico en coche de Viena, así que es relativamente fácil (si no eres como yo y tienes carné y coche) hacer una escapadita de vez en cuando a esa ciudad maravillosa.

La semana pasada vino una comitiva de T-Systems (la empresa donde trabajábamos Xavi y yo antes de la mudanza) a Viena por temas laborales y quedamos una noche para cenar todos, junto con las otras dos parejas españolas de «nuestro grupo» que residen en Bratislava. Para los curiosones, cenamos en el Salm Bräu, bebimos cerveza casera y —algo que no nos ha pasado nunca en Bratislava— tuvimos un camarero que hablaba español por lo que no pedimos accidentalmente nada demasiado exótico para nuestros paladares. Un par se atrevió incluso con el strudel de manzana y no pusieron caras raras, así que debe de ser fobia mía en exclusiva.

"