Un paseo por los lagos

Un paseo por los lagos: imagen principal


Bratislava es una ciudad de lagos. No tenemos mar, pero contamos con el Danubio y una buena variedad de lagos repartidos por la ciudad —sí, dentro de la ciudad— y sus alrededores.

Este verano, cuando las temperaturas rondaban entre los 25º y los 34º, visitamos unos cuantos de ellos.

De algunos he subido de vez en cuando fotos a través de Facebook o Instagram, como la que os coloco aquí abajo:





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En alguno de los lagos la entrada es gratuita, y en otros hay que pagar una pequeña cuota ya que también cuentan con instalaciones deportivas (y zona de arena en lugar de tanta tierra pedregosa).

La mayoría de ellos tienen permitido el libre acceso a sus aguas, en contraste con el Danubio donde no está permitido bañarse.

Un paseo por los lagos: paseo para peatones
Paseo de tierra batida para peatones que rodea el lago en su totalidad

Hay que tener en cuenta, eso sí, las inevitables infestaciones bacterianas que sufren las aguas con frecuencia (sobre todo en verano) ya que, además de estar al aire libre expuestas a los elementos, todos los que hemos visitado tienen animales viviendo en ellas.

Hay una página web (en eslovaco, claro) que informa de la pureza de las aguas, si no te importa pasar un rato con el diccionario.

Emprendiendo el vuelo después de un bañito

En alguna ocasión hemos encontrado un lago con socorristas (con sillas altas en lugar de casetas), pero solo vigilan la parte delimitada con boyas ya que como mucho hay 2 o 3 trabajando y no pueden cubrir toda la extensión de las aguas.

La mayoría de los bañistas se limitan a la orilla, ya que la profundidad de los lagos es muy variable y las aguas no son completamente transparentes. Aun así, siempre se encuentra nadadores avezados cruzando el lago en su totalidad y, los más aventureros, con pequeñas canoas y balsas.

Un paseo por los lagos: bañistas
El de la balsa negra se pasó la tarde dejándose llevar por el viento de una orilla a otra

Los nadadores de pies más sensibles usan chanclas especiales para proteger la suela, ya que el fondo de los lagos suele estar salpicado de piedras y caminar sobre él acostumbra a ser una experiencia dolorosa.

Puedes encontrarte con peces de diversos tamaños mientras nadas —y en temporada alta con pescadores bien equipados en las orillas—, patos, tortugas, cisnes y diferentes clases de aves.

Un paseo por los lagos: residentes habituales
Residentes habituales

Algunos lagos son tan anchos que acogen pequeñas islas en su interior, que suelen ser las favoritas de los patos.

Otros están situados en parques que incluyen algunas instalaciones deportivas abiertas al público (como pistas de tenis y voleibol con vestidores, mesas de ping-pong, etc.), parques para niños, senderos para correr o ir en bicicleta separados de los peatonales...

Un paseo por los lagos: la isla del reposo
Aquí es donde van las aves a echar una cabezadita

Todos los que hemos visitado, eso sí, cuentan con al menos una parada de comida rápida cerca. Los mejores tienen incluso varios restaurantes repartidos a lo largo del paseo que rodea el lago y en verano están bastante concurridos.

También suele haber bancos para descansar alrededor del lago, mesas para comer y tumbonas, por si te apetece echarte un rato (nunca hemos visto que cobren por usarlas).

Los lagos más pequeños, si el invierno es duro, se cubren completamente de hielo y la gente acude a ellos a patinar. Eso es algo que Xavi y yo todavía no hemos visto, pero tal vez este año se dé la oportunidad.

Un paseo por los lagos: restaurante chino
Este restaurante chino con terraza está a las orillas del lago Kuchajda, el más cercano a nuestro hogar

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