Un fin de semana en Győr

Un fin de semana en Győr: imagen principal

Hace poco hicimos otra escapada de fin de semana y nos fuimos a Győr. Esta ciudad húngara está a menos de una hora (por autopista) de Bratislava, por lo que es cuestión de un momento coger el coche y plantarse allí cuando surge la inspiración (si no has optado por Viena antes).

Esta vez la motivación para emprender el viaje fue lúdico-culinaria: habíamos visto por internet fotos de una taberna decorada como un barco pirata que nos encantó y reservamos una habitación en el Bed&Breakfast que hay sobre el local.

El mismo sábado por la mañana hicimos la maleta en un momento y nos subimos al coche, pese a las protestas del gato.

Un fin de semana en Győr: cañón
Con esto "saludan" a los clientes que no pagan (se toman muy a pecho la ambientación pirata)

Para los que no lo sepáis, en Eslovaquia, Austria, Hungría y otros países de por estos lares tienen un sistema de cobro del peaje por uso de autopistas bastante diferente a la sajada que impera en España (y no digamos en Cataluña) de pago por cada uso. Aquí se compra una pegatina (como las de la ITV) llamada vignette en las gasolineras, tiendas que hay en la frontera o por internet (e-vignette) —según el país— y se pegan en el parabrisas (si se compra por internet no hace falta, obviamente). Se necesita una pegatina por país que vayas a cruzar y tú eliges, a la hora de comprar, por cuántos días quieres que sea válida según las opciones disponibles (una semana / un mes / un año).

Solo se paga una vez y el hecho de comprar la vignette te da derecho a usar las infraestructuras de autopistas del país tantas veces como quieras con ese coche. Y por si alguno piensa que no pasa nada por dejarse un día la pegatina, sí que pasa. No te controlan en la frontera (dentro de la Comunidad Europea) pero las cámaras registran todo el trayecto si llevas la pegatina (o has comprado la e-vignette) y te mandan la multa de regalo a casa si pretendías escaquearte.

Un fin de semana en Győr: barco
Esta foto la saqué con el móvil porque se me agotó la batería de la cámara (de ahí la oscuridad), previsora que es una

Para ir a Győr compramos la e-vignette en un momento a través de la conexión del móvil ya que en la gasolinera nos dijeron (más bien señalaron, la típica conversación español-eslovaco a base de gestos y muecas con la cara) que para ese país no tenían pegatinas. Lo de la autopista Eslovaquia-Hungría es un tanto peculiar ya que pagas por viajar durante un rato por una autopista de un carril (por el que también circulan camiones y te da tiempo a leer todas las etiquetas que lucen en la parte trasera, aunque estén en otro idioma) y con parte de obras, pero aun así el estado del asfalto es mucho mejor que el queso de gruyere que impera en Bratislava.

Cuando llegamos al B&B Arany Szarvas Fogadó, dejamos la maleta y nos fuimos a comer al Captain Drakes Pub, donde también cenamos ese día y desayunamos y comimos el siguiente. Qué queréis que os diga, la comida estaba buenísima.

Un fin de semana en Győr: platos de comida
Con estas exquisiteces nos deleitaron, como para no conducir una hora (o copilotear, en mi caso)

El sábado y parte del domingo lo pasamos dando vueltas por la centro, paseando por el río, riéndonos de una peluquería/barbería con un cartel de "no fotos, no mujeres" (dedujimos que al dueño le daría un jamacuco si entraba dentro y le pedía que me hiciera una foto) y perdiéndonos por las calles. El pub estaba situado al lado del centro histórico de Győr por lo que nos fue perfecto para hacer de turistas y que las piernas nos aguantaran para volver a la habitación. Con el tiempo tuvimos suerte, ya que hizo sol con rachas de nubes y de ese modo no nos convertimos en una sopa sobre el asfalto. Aunque cayeron unas bebidas refrescantes para recuperar las fuerzas.

Un fin de semana en Győr: edificio alto
Me encantaría poderos decir qué es esto (además de un edificio alto), pero hicimos de turistas despistados todo el día sin leer ninguna indicación

El domingo por la mañana, para variar un poco, fuimos a ver el zoo de la ciudad. Hicimos el trayecto a pie y pasamos por zonas menos turísticas que el centro, incluyendo una fábrica (destilería) que me hizo desear ser fumadora para tener los pulmones tan colapsados de nicotina que no notara el hedor que inundaba la calle.  Excepto por esa pequeña zona de destrucción masiva, el paseo fue bastante tranquilo y, en algo más de media hora, —tras contemplar un rato de arquitectura urbana— llegamos al zoo sin incidentes.

Bueno, hubo un pequeño detalle como que al llegar al zoo vimos que contaba con un esplendoroso parking gratuito y nos podíamos haber ahorrado la caminata —y el hedor—, pero ya nos vino bien el ejercicio para rebajar la cena del día anterior.

Al contrario que en Bratislava, en Győr las tiendas no abren en domingo pero los restaurantes cierran más tarde y se ve más ambiente en la calle. A mí me dio la impresión de que Győr es bastante pequeña, aunque sea la ciudad más importante del noroeste de Hungría y sexta en tamaño de todo el país (sí, para escribir eso he mirado la Wikipedia, ya he dicho que no leí ninguna indicación o folleto informativo del país).

Un fin de semana en Győr: centro comercial
Esto es un centro comercial que nos encontramos camino al zoo (algunas tiendas os sonarán)

Para el zoo compramos las entradas en la misma taquilla y, por suerte, se podía pagar con tarjeta, porque no llevábamos encima suficientes florines húngaros (aunque formen parte de la Comunidad Europea, en Hungría todavía utilizan la moneda propia no sé muy bien por qué motivo). El zoo en sí es pequeño y en 2-3 horas lo recorrimos, pero tenía algo que no habíamos visto en otros zoos: dejaban que los visitantes accedieran a varias de las zonas donde había animales (no peligrosos) siempre que se cerrara el sistema doble de puertas que hay para entrar y salir de cada uno de estos recintos.

De uno de esos recintos se les escapó una cabra que se tiró un buen rato saludando a los visitantes. Tenía cara de no ser la primera vez que hacía una escapadita para pedir comida.

Un fin de semana en Győr: croquis de animales del zoo
Os dejo aquí un montaje con varias fotos simpáticas tomadas en el zoo (podéis hacer clic encima para verlo ampliado)

Una vez dejamos atrás el zoo y la batería de mi cámara volvimos al Drakes a despedirnos de su excelente cordero y su limonada burbujeante y emprendimos el viaje de vuelta a casa. Al llegar, el gato nos echó la bronca por haberle dejado solo (en realidad no se queda «solo», porque tengo montado un sistema de vigilancia ultramoderno que usa mi antiguo iPhone 4 —cuando quiere encenderse— como cámara espía y puedo verificar así los "traumas" que pilla el gato durmiendo a pierna pata suelta en el sofá) el fin de semana.

Todavía no nos ha perdonado.

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